Toallitas para los oídos Pet Head Health

Esto depende de la raza, el nivel de actividad y la salud general de tu perro. Generalmente, limpiar las orejas de tu perro una vez al mes es una buena práctica si tiene orejas saludables. Sin embargo, debes aumentar la frecuencia a cada 1-2 semanas si tu perro tiene orejas largas y caídas o nada con frecuencia. Es importante limpiar las orejas de tu perro después de un baño o al nadar para asegurar que toda la humedad excesiva se elimine y las orejas queden secas. También puedes consultar a tu veterinario, quien podrá aconsejarte sobre la frecuencia según las características de tu mascota.

Para perros con orejas saludables, la mejor manera de mantener las orejas limpias es utilizando toallitas suaves e hipoalergénicas para ayudar a eliminar el exceso de cera y suciedad. Limpia las áreas externas de la oreja aplicando movimientos suaves hacia el exterior de la oreja de tu perro. Usa una toallita nueva para cada oreja. Evita usar productos humanos, ya que no están formulados para los perros, y nunca uses objetos o bastoncillos para limpiar dentro del canal auditivo, ya que pueden causar daño y generar diversos problemas.

La limpieza de las orejas debe ser parte de la rutina de aseo regular de tu mascota. Se recomienda comenzar a examinar las orejas de tu perro regularmente cuando sea un cachorro para que se acostumbre a que le manejen las orejas a medida que crece.

Es importante crear una rutina desde una edad temprana. Elige un lugar tranquilo, usa premios o un juguete, y calma a tu perro con palabras suaves y acariciándolo. Limpia suavemente las orejas de tu perro, elógialo mientras limpias y recompénsalo regularmente durante el proceso. Las alfombrillas de silicona con pasta de comida también pueden ayudar a distraer al perro y proporcionar refuerzo positivo mientras limpias sus orejas. Sé paciente, toma descansos y hazlo parte de tu rutina de entrenamiento hasta que tu perro se sienta completamente cómodo con el proceso.

Existen diversas condiciones de salud, como alergias en la piel, trastornos endocrinos, masas y cuerpos extraños en el canal auditivo, que pueden hacer que un perro sea más propenso a desarrollar infecciones en las orejas. Actividades como nadar regularmente también pueden predisponer a tu perro a infecciones en las orejas. Se recomienda inspeccionar las orejas de tu perro al menos dos veces por semana. Si notas algún cambio, o si tu perro sacude constantemente la cabeza, se rasca las orejas, gime o llora cuando le examinas las orejas o si hay signos de enrojecimiento, hinchazón, secreción o mal olor, tu perro puede tener una infección en las orejas y debes llevarlo al veterinario de inmediato.

Si notas signos de infección, como que las orejas de tu perro se vean o huelan diferentes de lo habitual, o si sacude la cabeza, se rasca las orejas o gime cuando le tocas las orejas, se recomienda visitar a un veterinario para un examen exhaustivo y recibir el tratamiento adecuado. No se recomienda intentar tratar la infección sin intervención veterinaria.

Los perros con orejas largas o caídas tienden a tener menos circulación de aire en su canal auditivo, lo que hace que el ambiente sea más húmedo y propenso al crecimiento excesivo de bacterias y levaduras. Actividades como nadar también pueden requerir una limpieza más frecuente. Si tu perro está predispuesto a desarrollar infecciones en las orejas, debes hablar con tu veterinario para establecer un régimen de limpieza adecuado.

Puedes eliminar la suciedad visible con una toallita para oídos, limpiando suavemente la secreción, teniendo cuidado de no insertar la toallita dentro del canal auditivo. Si la secreción persiste o la cantidad parece inusual, debes visitar tu clínica veterinaria, ya que tu perro puede tener una infección.